3 Lecciones que el mar me enseño de los negocios

Hay cosas que nos ayudan a desarrollar carácter, a seguir luchando cuando nos queremos dar por vencidos. En mi caso el mar, y estas son algunas de las lecciones que he aprendido.

1) Conocer el terreno

Antes de siquiera intentar entrar al mar, es necesario tener algunos conocimiento básicos. Dependiendo de nuestra habilidad y las condiciones del oleaje. Es común ver gente intentando entrar sin la menor idea del poder que tiene el agua.

Lo mismo deberíamos hacer para nuestro emprendimiento. ¿Qué recursos vamos a necesitar? ¿Qué habilidades, personas, capital van a ser necesarios? ¿Qué productos y equipamiento necesitamos antes de tirarnos al agua?

2) Tirarse al agua

Mucha gente jamás pasa la etapa de definir el terreno. Pasan meses y gastan todo su capital en ello y jamás logran animarse a tirarse al agua. Está bien tomarse un tiempo para eso, pero en la arena no vamos a agarrar olas. Muchas cosas las vamos a ir consiguiendo sobre la marcha, incluso soy un convencido de comenzar con lo que tenemos y no quedarnos inmovilizados esperando a tener el equipo ideal. Como todo, es un poco de balance y sentido común.

3) Pasar la rompiente

Esta es la parte que no es divertida. Nada divertida. La parte donde podemos llegar a sufrir un poco. Las olas vienen de frente y hay que saber enfrentarlas y pasarlas. Aquí es cuando mucha gente abandona. Tiene una mala primer experiencia y no lo intenta jamás. Aquí es cuando vemos de lo que estamos hechos.

Muchas veces el mar me ha ganado y he tenido que salir humillado con la cabeza baja. Pero hasta ahora jamás me he dejado vencer por completo. Es solo cuestión de descansar diez minutos y buscar otro lugar para entrar (Si, no soy suicida). A lo mucho volver al otro día.

Si hay corriente puedes llegar a desviarte mucho. Pero si persistes y no te das por vencido, en cierto momento la serie deja de bombear y se genera una calma y las olas dejan de romper. Eso es lo que diferencia a los que llegan de los que se dan la vuelta y se quedan mirando desde la orilla: persistencia. A veces era apenas poder resistir unos pocos segundos más.

Creo que cuando tenemos nuestro propio negocio sucede algo parecido. Creemos que vamos a comenzar y al otro día estar ganando dinero y hacernos ricos. Nos olvidamos de la parte de resistir las olas de frente. No es un fracaso si lo vuelves a intentar.

La orilla está llena de gente mirando y opinando, no te dejes influenciar por los que no se animaron a entrar al agua.

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